Siempre me es difícil plasmar inmediatamente tras terminada la carrera todo lo que vivo y siento cuando corro un ultra trail, es que son muchas cosas que pasan simultáneas, que al fin y al cabo hacen que éste sea mi deporte, mi vida y mi pasión.
5.40 am comienzo a moverme, doy un par de vueltas a la plaza de Puchuncaví y afortunadamente la noche estaba cálida, muy húmeda pero con buena temperatura ambiente, bueno por lo menos yo así lo sentí, junto al "gringo" Matt y el "Ave Fénix" entre risas y nervios comenzamos éste calentamiento que en mi caso es más para terminar de despertar y activarme (a pesar que suelo dormir muy poco antes de una carrera, ya que mis horarios de alimentación son un poco estrictos)
Se escucha la música y la animación ya hace sentir la euforia de saber que nuevamente tendré la oportunidad de probarme, ésta vez no tenía un plan claro en mi cabeza, es más, había mil planes de carrera diferentes dando vueltas entre mis neuronas, que solo se alinearían en la medida que avanzaran esos kilómetros, era un entrenamiento, no quería tomarlo en serio, había excelentes corredores que le ponían un poco de picante al asunto, eso si, faltaron mis amigos de Temuco, pero bueno, en una próxima ocasión compartiremos otros cerritos.

Tras una entretenida salida, donde nos mojamos de inmediato los pies nos fuimos con el Huaso conversando de entrenamiento y de la vida en general, mientras nos alejábamos de las otras luces sin darnos cuenta.
Luego de una hora mas menos se escuchó sonido de mar que siempre es muy grato y bienvenido, aún no amanecía no se pudo ver, pero no pidamos tanto, seamos felices con lo simple.
Como me propuse ir con calma y a ratos no era así, mi plan cambió, y ahora era hacer un ritmo sostenido hasta que comenzara el descenso que según la carta de carrera era de 12km, osea había que correr hasta el 38, Galáz iba solido en el km15 subiendo muy liviano todos esos repechos, yo lo miraba y aprendía, me sentía bien estando ahí, de esos corredores hay que fijarse en los detalles.
Cuando amaneció íbamos como en el km25 en poco menos de 2 horas de carrera, Galáz mantuvo su fuerte ritmo y yo sentí que el paracaídas se me iba abriendo, por lo que decidí bajar levemente la velocidad mantendiéndome controlado, acá no pasa nada.

Siempre hay algo que me sorprende en las carreras que escojo, un paisaje, un aroma, una sensación, un algo especial, ésta vez fue la cumbre del murallón, donde las nubes y bruma quedaron abajo y el hermoso Sol se mostró calentito y brillante, esa parte fue exquisita, me sentí literalmente en el cielo.

ya prácticamente soltando llegué al km45 (último abastecimiento) comí un trozo de plátano y naranja, y seguí a un ritmo sumamente simple, cruzándome con corredores de 26km fue lindo ver amigos ahí.
El último trozo de carrera fue un pequeño bosque de Eucaliptos con un olor que me recordó al cerro Ñielol de Temuco, lugar de tantos entrenamientos, amigos y alegrías .... sonreí.
Llegué a la meta con calma, en un segundo lugar, pero sin estrés, y sin querer bajé el tiempo de mi amigo Rafa el ganador del año pasado, y yo a ese lo encuentro una máquina, por lo que me quedo súper tranquilo y feliz de la pega hecha.

Gracias The North Face, por confiar en mi trabajo, las zapatillas Ultra Cardiac la llevan!
Gracias KMP por ayudar a mi rendimiento y recuperación.
Gracias Fénix por las mejores linternas tácticas que existen.
Gracias Fitunlife por la bebida antioxidante, me recupero más rápido y entreno mejor.
Familia, amigos, pupilos, todo en perfecto orden, un abrazo gigante.
Septiembre 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario