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lunes, 20 de abril de 2015

Race Report Ultra Fiord 100 Millas.

20/04/15

...La gente que allí vive, es tan soberbia, gallarda y guerrera, que no ha sido por rey jamás regida ni a extranjero dominio sometida...
Extracto de poema La Araucana de Alonso de Ercilla, eso es un chileno, soberbio, gallardo, guerrero, es lo que tu llevas en la sangre y en esta batalla, no habrá extranjero que te domine ni rey que te quite tu propio triunfo, la tierra es chilena, en esa tierra está tu sangre y tu historia, tu camino esta trazado, ahora a luchar...
Fueron las palabras de mi madre, la tarde previa a la carrera, una arenga que me llegó al corazón, paró los pelos y engrosó la piel…

Es difícil comenzar un report como el de ésta carrera, mi segundo 100 millas (el primero real), siento que me gustaría contar tantas cosas que viví ahí afuera que las ideas dan vueltas en mi cabeza, todas quieren salir juntas… voy a comenzar por el revés.

Me han preguntado en varias ocasiones a que se debe la gran diferencia de tiempo entre el primer lugar Jeff Browning y yo, creo que no tengo la respuesta precisa, la verdad no me interesa esa respuesta, sé que lo entregué todo, yo compito contra mí, nunca termino sin dejarlo todo ahí, la competencia es para ser mejor de lo que fui, no es para ganarle a los demás, no me gusta pasar por sobre ellos, me gusta quedar contento y conforme con mi desempeño, creo que eso es lo realmente importante, ser una mejor persona, un mejor profesional, un mejor atleta y para ser mejor, debo compararme solo conmigo y aprender de quien pueda enseñarme algo, ésta visión de superación a veces me lleva al triunfo, otras no. Pero siempre deja aprendizaje que a largo plazo es lo que sirve.
9 horas fue la diferencia de tiempo entre éste corredor elite de U.S.A. y yo que trato de ser un poco más que amateur acá en Chile (todos sabemos lo difícil que es trabajar y entrenar a la vez). En esta ocasión, Jeff fue mejor corredor que yo y compararme con el sería muy inmaduro deportivamente hablando y quizás muy poco inteligente, es un corredor de 43 años dónde ésta fue su 100 millas número 21, yo tengo 29 y fue mi segunda… aún me queda un buen tramo de años para mejorar.
La estrategia entonces era hacer una carrera inteligente, progresiva y explotando al máximo mis fortalezas.

Voy de lleno a la carrera, 23.59 pm del 16 de Abril y comenzó UF 100M, salimos un grupo grande en frente, Jeff, Emmanuel, Cesar, René y yo. Con un ritmo rapidísimo, me sentí bastante bien al principio, un poco lento de piernas, por la acumulación de kilometraje previo a la carrera, pero que me hizo llegar con un buen volumen a enfrentar tantas horas en competencia. Tras los 10 primeros km por curiosidad miré mi reloj, y me indicó que nuestra velocidad en ese momento era a 4.20 min/km, lo cual según mis planes y cálculos de carrera era un ritmo imbécil sobretodo en esa primera parte, yo pretendía hacerlo rápido, pero eso era mucho… puse la segunda y bajé a un ritmo poco más cuerdo, entre 5 y 5.20 el mil, intentando mantenerlo parejo mientras pasábamos por senderos con ramas y matorrales que dañaban bien feo las piernas (gran error partir con short)… me dio calor y paré a sacar mi chaqueta impermeable (equipo obligatorio), cuando me alcanza el Ave Fénix a quien felicito por el carrerón y esfuerzo que se mandó… y comenzamos a correr juntos, yo aún me sentía cansado pero su compañía me hizo muy bien, así recorrimos en conjunto hasta el km 55 donde nos alcanza Nikki Kimbal a un ritmo poco más rápido que calzaba justo con la progresión que tenía en mente y decido salir con ella y ver cómo se comporta en una carrera de tal dificultad, yo siempre buscando aprender de estas figuras internacionales.
Llegamos al km 60 donde estaba el primer gran abastecimiento, comida caliente (sopa, café, tallarines, sándwich, huevo…. De todo!) la gestión de la organización fue increíble…
Tras unos 10 min (yo tomándola con mucha calma, aún tenía 114km por delante) salí a enfrentar el tramo más técnico de la carrera, con unos primeros 30km de un sendero bien marcado, pero que por el clima de la Patagonia era un barrial donde atravesamos un rio de agua heladísima que me llego hasta el pecho, más adelante los pies se iban abajo hasta la rodilla o más aún por innumerables ocasiones con lo blando del barro, para muchos de nosotros una sección incorrible (menos para Thevenard, quien voló por todos lados)
Me tomó unas 5 horas terminar esos 30km, hasta llegar al siguiente punto de abastecimiento, donde (afortunadamente) envíe una drop bag con lo que (podría) necesitar a esa altura de la carrera. Llegué con una fuerte hipotermia, que no me dejaba juntar una frase de corrido, tiritando entero, sin tener la película muy clara de si seguía o no en carrera (me había encontrado a Cesar Montoya 10 km antes en las mismas condiciones y me dijo, en el 90 me bajo, ya no doy más)… eso me traía un poco sugestionado, me saqué la ropa mojada, abrigué con todo lo que tenía, comí (sopa, porotos, chocolate, café y 2 sándwich) y me quedé al lado de la estufa por unos 10 min dónde logre asimilar la comida, y comencé a calentar mi cuerpo nuevamente, pude volver a hablar y la idea de abandonar se me olvidó por completo. Era simplemente controlar el estado depresivo y desesperación que produce el sufrimiento prolongado, estar tan lejos de la zona de confort, hace vivir y valorar que quizás un plato de porotos no es la mejor opción en una carrera, pero como dice Scott Jurek  “a veces lo tienes que hacer y punto” y eso hice, estaban exquisitos y me hicieron revivir.

Salí a enfrentar la segunda mitad de éste salvaje desafío, con 84 km por delante y un glaciar que sortear como primer objetivo, comienzo el ascenso aún muy abrigado y con mucho frío, pero todo bien, me encuentro con corredores de 70 y 100km en la ruta, con quienes compartimos un par de historias y buena onda, yo sabía que me encontraba en tercer lugar y también sabía que los 2 primeros se estaban dando buena pelea ya bastante lejos de mí y como se me había dado la carrera ya me era casi imposible encontrarlos, por ende dije “que se maten solos” seguiré con mi carrera de la manera más inteligente posible y de menos a más, por detrás de mí se había quedado Nikki y tampoco venía corredor alguno que me pudiera pelear el lugar, por ende subí esa etapa de alta montaña disfrutando el paisaje (ya con calor) maravillado de tal belleza que se me presentaba por primera vez en la vida, alrededor de 15 km de montaña nos llevaron a un valle de turba, raíces, bosques, ríos, que me acompañaron por 24 km (eternos)… donde correr era un privilegio ya que las piernas solo querían caminar, demoré unas 4 horas en atravesarlo y llegar al km 130 muy cansado, nuevamente con hipotermia (2.30 am) mucha hambre (ya no quería más geles) y un sueño que me hacía perder el paso de vez en cuando, hice todo este recorrido final con un amigo que corria y terminaba sus 70km, es de la ciudad de Cabildo (no recuerdo su nombre), nos ayudamos, conversamos y logramos llegar, gracias por todo cumpa!!
En el abastecimiento estaban amigos corredores de la quinta región, quienes (entre ellos Cristián Valencia) me ayudaron con la comida, cambio de zapatillas y subieron el ánimo ya que por lo mucho que venía sufriendo debido al cansancio, frio y todo el conjunto de factores que significa estar en la Patagonia y en una carrera salvaje, tenía ganas de rendirme otra vez y abandonar… me enteré que Emmanuel Acuña se había retirado y ahora me encontraba en segundo lugar, eso me motivó, respetar mi plan iba dando frutos, pude mantener la cabeza fría y mucha paciencia fue la clave. Sin embargo el hecho de pensar que aún me faltaban 44 km para llegar a la meta me mataba la cabeza, fue aquí donde en mi drop bag, había dejado algo muy lindo, zapatillas y calcetines  todo limpio y seco (que después de 26 horas con los pies mojados y llenos de barro se sintió como estar en el Edén), me cambié, comí tallarines y un café, me senté junto al fuego unos minutos y a las 2.50 am del Sábado comencé esa última maratón y un poquito más que me llevaría a la meta en Puerto Natales.
Fue un camino rural de autos, bien delimitado, donde no lograba ver luces hacia ningún lado, iba solo, en compañía de los animales en los campos laterales, con mucho sueño, tanto así que en la caminata se cerraban mis ojos, solo cuando tomaba un ritmo de trote volvía a despertar, lamentablemente ese trote no duraba mucho, volvía a caminar y el sueño a mandar… por momentos paré, me senté en la orilla del camino, no se veía ni escuchaba nada, en medio de la noche ahí sentado apagué mi luz y dormí por un minuto con mis codos sobre las rodillas y mi cabeza sobre mis manos, de modo que si entraba en sueño profundo la cabeza se caería hacia algún lado y eso me haría despertar… y bueno así fue el par de veces que lo hice…. Después de un rato comencé a delirar, cualquier tronco y árbol podría ser un supuesto puma asesino eso me hacía sentir un poco más despierto ( ya que como el cuchillo dejó de ser obligatorio, no lo llevé y no tendría como defenderme.. jaja).
Km 155 más menos y llego al último check point, tomo un rápido café y sigo mi camino, pero al salir de ahí, llega un corredor, solo vi su luz, en ese momento no supe quién era.
Tras unos 30 minutos ese corredor me alcanza, ya había amanecido y las frontales estaban guardadas, nos vemos las caras y números y bueno… si… era un corredor de 100 millas también, no recuerdo su nombre, pero sé que es de U.S.A.… algo que no me vino muy bien a esa altura de la carrera, a 10km de la meta!.. Me dice, que haremos? La peleamos aquí o llegamos juntos a la meta? Y por su puesto a esa altura no le iba a entregar mi lugar nica… le dije peleemos, y con lo que me quedaba pude sacar un ritmo bajo 4 que me hizo jadear y correr hasta el Milodón en la entrada de Natales donde me di vuelta a ver si se veía y no fue así, luego me enteré que en esos 10k pude sacar una diferencia de 15 minutos, cosa que no sabía que podía hacer con ya mas de 100 millas en las piernas, pasé la meta con una hermosa sensación, fueron 174km (108Mi) y toda mi vida en ellos…. sin pensarla tanto, me fui al hotel a comer y dormir…
Una tremenda carrera, salvaje, ruda y fuerte, apta para todos quienes de verdad sean duros de cabeza y de corazón potente, mi objetivo era terminar y en el mejor de los casos dentro de los 5 primeros, tuve la oportunidad de ser el segundo, no por ser el más rápido, el que más entrenó o el más capaz, esto fue obstinación, terquedad, cabeza, cabeza y cabeza, convencerme que no hay limitaciones más que las que uno mismo se quiera poner, hoy soy una persona más preparada de lo que fuí hasta la semana pasada.
La naturaleza es ruda, pero al mismo tiempo nos enseña y nos pone en nuestro lugar, estoy feliz de haber terminado, haberme desafiado, compartir con tanta gente linda, recibir y dar apoyo… amo el trail running J

Como siempre, agradezco a mis pilares:
Familia, amigos y alumnos!

Y a los mejores Sponsors:
The North Face                 Outsoul                                               Fénix Light                         
KMP



      Enzo Ferrari

miércoles, 1 de abril de 2015

The North Face, Endurance Challenge 2015



Reporte de Carrera

 Mi carrera comienza siempre y durante casi toda mi vida lejos del lugar del evento, siempre me toca viajar por varias horas, la verdad es que pocas veces he corrido en lugares conocidos para mí. Eso por un lado es maravilloso, me permite ampliar mis espectros conocer gente nueva, lugares y sensaciones, pero al mismo tiempo nunca sé a lo que voy hasta que estoy ahí, muchas veces en el Trail te transformas en un improvisador, en un “listo para todo”, eso es quizás uno de los atractivos mayores de esto, esa suerte de salir a buscar vida….o muerte. Siempre viajo con un bolso muy grande, con mucho equipo, siempre “listo para todo”, se a lo que voy y daré todo para conseguirlo.
Creo que si no fuera deportista, sería uno de esos tipos que se dedican a viajar por el mundo, en bicicleta o a “pata” con mi mochilita pa todos lados, buscando ese “que se yo” que te hace sentir tan bien.

Llegué a Argentina con mi tremendo bolso cargado de sueños, luego de retirar mi kit en un hermoso día algo fresco pero con sol,  hice hora hasta la conferencia de prensa que nos tenía preparado The North Face Argentina, donde estaban los locales Gustavo Reyes, Franco Paredes y Luciana Urioste, el Brasileño Carlo Magno y mi persona. Entre risas y buena onda compartimos unos jugos, hablamos de nuestras visiones del Trail sudamericano, de entrenamiento, carreras… etc, me gusta el ambiente del Trail argentino, siento que en Chile no estamos tan lejos, pero debemos unificar criterios y tomarlo más seriamente.
Tras una rica cena con mis amigos de siempre Renato Eulufi y Cesar Montoya y los de TNFRC, Karla, Yoshy y Nelson, nos fuimos cada uno a dormir, ya con la adrenalina a tope, preparando mentalmente cada centímetro de la carrera, sin saber aún a lo que vas, pero “listo para todo” me quedé dormido a eso de las 11.30 pm… ya a las 2 am sonó mi alarma de desayuno, pan-dulce de leche-plátano y al sueño de nuevo hasta las 4.30 am, donde ya me levanto, un café, baño y listo, a la línea de partida.
A las 6 nos soltaron, salimos varios adelante como si estuviéramos escapando de algo, mi reloj marcaba un ritmo de 3.45 y me sentía muy bien. En un principio iba Carlo Magno a mi lado, luego sentí como se acercaban más corredores, yo ya sabía quiénes eran, no fue necesario mirar, comenzó la subida y mantuvimos parejo el ritmo entre 4,30 y 5… fue un poco agobiante hasta que logré calentar y soltar las piernas… logramos mantenernos a esos ritmos por mucho rato, pero las subidas maltrataban cada vez más (por lo menos a mi), llegó el km 30 y sentí que mis piernas no respondían como es habitual, aeróbicamente iba perfecto, creo que el bajón paso por mi cabeza (pocas veces me pasan cosas como ésta, pero me tenía que tocar alguna vez, esto da para todo y el juego es así)… bajé el ritmo en el 30 y seguí algo más suave donde me pasó un corredor argentino que llaman “el Pela”… traté arduamente de no perderlo nunca de vista, sabía que si se me arrancaba, me alcanzarían otros corredores y mi carrera se volvería un combate más duro aún… logré tenerlo a no más de 50 mts hasta que en el 38 paré, me saqué la linterna frontal, el buff mojado de la cabeza, y me propuse volver a ser yo, cabeza fría y corazón caliente, si el cuerpo no reacciona, lo obligamos a reaccionar, comencé desde cero, con un calentamiento muy suave hasta que en una bajada tomé ese ritmo del demonio otra vez, ese que parte las piedras del suelo dejando las huellas marcadas, ese que duele pero se puede aguantar, ese que cuando no está no me siento conforme.
Ya estoy llegando a la pared del tremendo C4, Juan Manzano (corredor que siguió junto a Gustavo y Franco) se había quedado atrás, el Pela iba conmigo peleándola en esa tremenda subida, por cierto INCORRIBLE… piedra suelta, inclinación, calor…. Estaba perfecta para hacerte sufrir. Llegué arriba solo, ya me encontraba en 3 lugar nuevamente y el control me dice que los primeros están a 15 min, esto no estaba perdido!!
Tras bajar como animal (toro con asma, dicen mis amigos… jaja) llegué al 55k donde la diferencia era de los mismos 15 min, Mauri Pagliacci (un capo) estaba nuevamente ahí, apoyando y tirando buena onda, corrí bajo 4.30 lo que más pude, llegue a tenerlos a 13 minutos, 

pero ya faltando poco menos de 10k para la meta el ritmo volvió a ser bajo, simplemente me fundí… tengo tanto por aprender aún!! Que esto cada vez me gusta más, siento que estoy muy lejos de haber hecho una carrera perfecta, puedo dar mucho más y ya estoy trabajando en eso, muy feliz pensando en Ultra Fiord.
Crucé la meta con una buena sensación, pelee duro contra mis muros, miedos, problemas, dolores…. Ser tercero permite evaluar y ver posibilidades de seguir creciendo, aún no hay techo.
Agradezco de corazón a mis sponsors, amo lo que hago y ustedes son mi respaldo!!
·         The North Face
·         Outsoul
·         Fénix Light
·         KMP
A mi familia amigas y amigos que no paran de apoyarme! No saben lo importante que son para mí.

..Las pocas veces que he ganado no me han enseñado tanto como las veces que no lo he hecho..


Enzo Ferrari.-